domingo, 29 de abril de 2012
Un Extraño Oficio: El Policía de Playa
Por Iris Pérez Ulloa
En 1922, Bill Norton tenía un raro, rarísimo oficio en Washington (o, al menos, raro para nosotros en la actualidad): era un... ¡policía de playa! y aquí lo sorprendió el fotógrafo mientras se encontraba midiendo la distancia que había entre el largo del traje de baño y las rodillas. ¿Habrán sido multadas estas chicas? Recordemos que no se permitía que la distancia entre el ruedo y la rodilla fuera mayor a 15 cm.
Fuente: www.shorpy.com
La Sombrera
Cajita maravillosa para guardar sombreros que resultaba imprescindible en aquellos tiempos en los que los viajes sólo se hacían en barco... Aquí una pequeña colección de sombrereras antiguas que fui recolectando de la web:
jueves, 26 de abril de 2012
El Sombrero Andaluz o Sombrero Cordobés
Por Iris Pérez Ulloa
El sombrero cordobés, más conocido como el típico sombrero andaluz, está vinculado al flamenco y a los toros y es famoso en todo el mundo como el típico sombrero español. Tan famoso y querido es este sombrero que hasta los tuneros le cantan:
Cinta negra, pelo negro, como el de aquella morena que con echares y celos, dejó sin sangre mis venas. En tus alas hay temblores, de mocitas y bordones, que lloran penas de amores, que lloran penas de amores bajo la luz de la luna. Aaaaaay, bajo la luz de la luna. Sombrero, ay mi sombrero, eres de gracia un tesoro, y tienes rumbo torero cuando te llevo a los toros. Te quiero porque en tus alas, sombrero de mi querer, conservas bordao con gracia el beso de una mujer.
Y no faltó tampoco quien le dedicara algún que otro pasodoble como este que lleva su nombre:
Siempre ha sido el sombrero Cordobés,
Por su gracia y su belleza el soberano,
Pues toreros, flamencos y cales,
Lo lucieron con el aire más gitano.
Machaquito... Frascuelo... Lagartijo y Espartero...
Con orgullo lo llevaron este clasico sombrero...
El sombrero... El sombrero de ala ancha
Conque adorno mi cabeza.
Yo lo llevo, y con el voy orgulloso demostrando su nobleza
Y no hay otro, más castizo y español
Que lo iguale en su majeza.
Porque los rayos del sol
matizaron su realeza.
Cuando voy a los toros en Jerez,
Luzco yo con alegría mi sombrero,
A mi paso se escuchan los ¡oles!
Y me siento hasta mejor que los toreros,
Y cuando voy con mi jaca
muy garboso al tentadero...
Yo soy el rey de las fiestas,
con mi clasico sombrero...
El sombrero...el sombrero de ala ancha
conque adorno mi cabeza...
yo lo llevo y con él voy orgulloso demostrando su nobleza.
Originariamente, se fabricaba en la ciudad de Córdoba, Andalucía, pero en la actualidad se fabrica en muchas otras ciudades de España. No se sabe exactamente cuando comenzó a usarse. Hay grabados del siglo XVII donde se ve a jornaleros luciéndolo. Lo que sí se sabe es que, poco a poco, fue popularizándose a lo largo del siglo XIX hasta transformarse en un sombrero muy famoso desde el siglo XX hasta la actualidad.
Sombreros de Hombre de Principios del Siglo XX
miércoles, 25 de abril de 2012
Grandes Diseñadores: Manuel Pertegaz (mi preferido)
Considerado uno de los grandes clásicos de la confección
española, Manuel Pertegaz nació en 1917 en Olba (Teruel), pero pocos años
después, aún en la infancia, se trasladó con su familia a Barcelona. Allí
empezaría a trabajar en una tienda de la calle del Carmen. Poco después pasó a
formar parte del equipo de la sastrería de Angulo, donde al poco tiempo se abrió
una pequeña sección dedicada a la mujer, momento en el que el joven Pertegaz
descubrió que su verdadero interés se dirigía hacia el mundo de moda femenina.
No tardaría en comenzar sus prácticas de diseño de moda femenina, tomando como
modelos y clientes a amigas y mujeres de su familia.
Su primera casa de costura abrió las puertas en Barcelona en
1942 bajo la marca Pertegaz. Situada en un entresuelo de la Diagonal, sería el
escenario de la presentación de su primera colección de alta costura. Pasaron
todavía seis años hasta la apertura de la primera tienda Pertegaz en Madrid, en
la calle Hermosilla esquina con Velázquez. El éxito fue inmediato y se extendió
por todo el país, lo que impulsó al diseñador a presentar sus colecciones fuera
de España, concretamente, en París. Su éxito internacional empezó a ser tal que
pronto Pertegaz decidió realizar su primer viaje a Estados Unidos, en 1954. En
tierra americana presentaría sus colecciones en Nueva York, Boston, Atlanta y
Filadelfia. La Universidad de Harvard llegó a otorgarle el Oscar de la
Costura, y sus trajes empezaron a venderse en las mejores tiendas de
América. En 1958 recibe la Medalla de oro de El Cairo. En 1966 recibiría el
mismo galardón en la Ciudad de México. En 1968, la de Nueva Orleans. Llegarían
después la de Boston y la de Berlín, además de numerosos reconocimientos en su
provincia y comunidad natal.
En 1957 Manuel Pertegaz decide trasladar sus salones de Madrid al Paseo de la Castellana. Se trata del momento en el que fallece Christian Dior. Se habla de Manuel Pertegaz como posible sucesor, pero el diseñador español declina el ofrecimiento, a pesar de su éxito internacional. Sus trajes se exportan a Inglaterra, Suiza y Canadá, y sus colecciones se presentan en El Cairo, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Copenhague. Su salto al mundo de la perfumería se produce en 1965, cuando tiene lugar el lanzamiento de su perfume Diagonal, el primer perfume firmado por un modista español con proyección mundial. En 1975 llegaría Muy Pertegaz y, en 1982, Sport.
En 1969, sus salones madrileños se quedan de nuevo pequeños, por lo que decide trasladarlos a un palacete en el Viso. En esos momentos trabajan en sus talleres de Barcelona y Madrid 700 personas. Posteriormente sus talleres se concentrarían en Barcelona. Son días de reconocimiento, en los que las presentaciones de sus colecciones en Nueva York son muy bien acogidas. Nombrado Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, la lluvia de premios empieza a ser imparable. En 1993 recibe la Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid. Al año siguiente, la del Fomento de Artes Decorativas. La ciudad de Barcelona le entrega en 1998 la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona. Un año después recibe la Medalla de Oro Antonio Gaudí y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Su villa natal, Olba, le concede el título de hijo predilecto.
En 1997 Pertegaz presenta su primera colección para hombre, en la que hasta ahora ha focalizado todos sus esfuerzos. Hoy en día sigue vistiendo a sus clientes de dentro y fuera de España y supervisa la creación de todas las líneas que se comercializan con su nombre.
Fuente: Moda España www.fashionfromspain.com
En 1957 Manuel Pertegaz decide trasladar sus salones de Madrid al Paseo de la Castellana. Se trata del momento en el que fallece Christian Dior. Se habla de Manuel Pertegaz como posible sucesor, pero el diseñador español declina el ofrecimiento, a pesar de su éxito internacional. Sus trajes se exportan a Inglaterra, Suiza y Canadá, y sus colecciones se presentan en El Cairo, Venecia, Londres, Santiago de Chile y Copenhague. Su salto al mundo de la perfumería se produce en 1965, cuando tiene lugar el lanzamiento de su perfume Diagonal, el primer perfume firmado por un modista español con proyección mundial. En 1975 llegaría Muy Pertegaz y, en 1982, Sport.
En 1969, sus salones madrileños se quedan de nuevo pequeños, por lo que decide trasladarlos a un palacete en el Viso. En esos momentos trabajan en sus talleres de Barcelona y Madrid 700 personas. Posteriormente sus talleres se concentrarían en Barcelona. Son días de reconocimiento, en los que las presentaciones de sus colecciones en Nueva York son muy bien acogidas. Nombrado Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, la lluvia de premios empieza a ser imparable. En 1993 recibe la Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid. Al año siguiente, la del Fomento de Artes Decorativas. La ciudad de Barcelona le entrega en 1998 la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona. Un año después recibe la Medalla de Oro Antonio Gaudí y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Su villa natal, Olba, le concede el título de hijo predilecto.
En 1997 Pertegaz presenta su primera colección para hombre, en la que hasta ahora ha focalizado todos sus esfuerzos. Hoy en día sigue vistiendo a sus clientes de dentro y fuera de España y supervisa la creación de todas las líneas que se comercializan con su nombre.
Fuente: Moda España www.fashionfromspain.com
Grandes Diseñadoras: Jeanne Paquin, 1869-1936
Por Ana Álvarez
Gran parte del éxito de la casa Paquin se debió al talento para las finanzas y al encanto de Isidore Paquin, que supo adular con gran habilidad a su clientela: alta nobleza, estrellas de la farándula y otras celebridades. Sin embargo, el genio creativo de la casa era Jeanne Paquin, que realizó sus estudios en la Maisson Rouff.La modista presentó su vestido de corte imperio en 1906, adelantándose a Poiret. En 1900 presidió la sección de moda de la Exposición Universal de París y, trece años más tarde recibió la Cruz de la Legión de Honor. Su empresa fue pionera en cuanto a filiales en el extranjero: Londres, Nueva York, Buenos Aires, Madrid...
En 1914 organizó en el Palace Theatre de Londres el primer desfile de modas entendido como un espectáculo con música, que resultó ser todo un éxito. Pero a pesar de ello, Paquin no fue una innovadora, ya que sus cambios fueron introducidos poco a poco y de manera discreta. Por lo que realmente pasó a la historia Jeanne Paquin fue por su predilección por sus adornos en piel y por sus románticos vestidos de estilo dieciochesco.
Cuando su esposo murió al finalizar la Primera Guerra Mundial, ella dejó la dirección del negocio a su cuñado y delegó las decisiones artísticas en mademoiselle Madelein. Su salón no cerró las puertas hasta 1956.
Información extraida del libro de Charlotte Seeiling "MODA. El siglo de los diseñadores" Editorial Könemann.
Fuente: www.estiloymoda.com
Grandes Diseñadores: Jean Patou, 1880-1936
Modisto y diseñador francés, nacido en Normandía en 1880 y desaparecido prematuramente en 1936.Nacido en una familia de curtidores, su tío tenía una empresa peletera en la que empezó a trabajar en 1907. Cinco años más tarde abrió una pequeña tienda de confección en París, la Maison Perry, en la que empezó a diseñar sus colecciones. La guerra interrumpió esta prometedora carrera; luchó como capitán de infantería y, en 1915, tomó parte en la batalla de Dardanelos, con el cuerpo de elite de los zuavos. Esta experiencia le marcó para el resto de su vida pues el joven despreocupado y alegre que era tuvo oportunidad de conocer el miedo y el horror de la guerra.
En 1919 volvió a París y reanudó su negocio, esta vez con su propio nombre. Abordó su actividad de modisto desde una nueva perspectiva: adaptar la moda a los nuevos tiempos que se vivían. Así pues, se convirtió en un empresario consciente de que para hacer triunfar su negocio había que arriesgar. Sabía que había perdido muchas de sus antiguas clientas, parte de las cuales se habían puesto en manos de Coco Chanel, atraídas por las renovadoras ideas de la francesa. Tomó entonces la decisión de dejar a su rival la clientela más moderna, mientras él optaba por atraerse a la alta sociedad. Para ello contrató a un equipo de colaboradores extraordinarios, que supieron transmitir el cambiante espíritu de los años veinte y convirtieron su moda en el símbolo del período de entreguerras. En su siguiente colección presentó vestidos de estilo pastoril, con faldas acampanadas, muchas veces bordadas al estilo ruso.
Patou se caracterizó por su simplicidad en las líneas y los colores, un estilo deportivo y sencillo que pronto triunfó en los Estados Unidos y en las elegantes villas de Montecarlo, Biarritz o Deauville. La clave de su diseño era la sencillez, que se resumía en el talle natural y la silueta simple. Él fue el creador de los suéters a rayas blancas y azules combinados con faldas plisadas y del nuevo estilo de traje de baño; también fue el primero en comprender la importancia de los accesorios, a los que él denominaba "futesas", y en firmar éstos con su anagrama artístico, de tal forma que sus modelos y complementos fueran siempre reconocibles. Empresario, como se dijo antes, a quien no le importaba arriesgar, hizo desfilar en 1924 a seis maniquíes norteamericanas en alta costura, algo impensable en aquel tiempo, pues la morfología de americanas y europeas era diferente. En 1929 presentó la línea princesa, vestidos rectos sin corte a la cintura, lo que daba la impresión de que ésta se hallaba a la altura de las caderas.
Fue también un apasionado amante, que hizo de sus pasiones femeninas sus modelos y embajadoras. Una de ellas fue la tenista Suzanne Lenglen, quien lució sus modelos dentro y fuera de la pista. Causó sensación entre el público femenino cuando se presentó en la pista de tenis de Wimbledon con una falda blanca plisada hasta la rodilla y un cárdigan sin mangas, un modelo que hoy día continúa siendo de plena actualidad.
No es de extrañar, por tanto, que cuando el modisto decidiera crear sus propios perfumes, allá por el año 1925, los nombres de éstas evocaran las tres etapas del amor: Amour-amour, Que sais-je? y Adieu sagesse; asimismo, estos tres perfumes estaban pensados especialmente para los tres tipos de mujer: Amour-amour era una fragancia embriagante pensada para las pasionales mujeres morenas, Que sais-je? fue una composición floral destinada a las rubias, y Adieu sagesse, con notas fuertemente especiadas, destinado a las sensuales pelirrojas.
Él fue el primero en lanzar un perfume unisex, Le sien, pensado para hombres, pero también para las mujeres modernas de la época, que jugaban al golf, fumaban y conducían automóviles. Sin embargo, Patou no estaba todavía contento; deseaba una creación única, una especie de buque insignia de su firma, como lo había sido el nº 5 para Chanel. Así, junto a su amiga y consejera Elsa Maxwell y su perfumista Henry Almeras, se aplicaron en lograr un aroma único e inimitable que fue, por fín, un compuesto de esencias de rosa y jazmín, cuyo elevado precio lo convertía en prácticamente invendible. Ésta fue, sin embargo, la carta que jugó Patou que, amante del peligro como era, decidió arriesgar con una clientela adinerada que podía permitirse este lujo en medio de la crisis que sacudía el mundo. Bautizó su perfume Joy y lo sacó a la venta con el siguiente eslogan: "Joy, el perfume más caro del mundo".
Animado por este éxito, continuó lanzando al mercado nuevos aromas, siempre bajo la idea del símbolo: en 1935 creó Normandie para el lanzamiento del famoso barco; Vacances llegó un año después, en 1936, para conmemorar los primeros despidos pagados a raíz de la crisis, Colony en1938, cuando en vísperas de la guerra europea todo el mundo deseaba huir a ultramar, a cualquier parte que no fuera el continente, L'Heure attendue en 1946 para celebrar la liberación del país tras la guerra y Caline en 1964.
Desde 1919 hasta su muerte, Patou fue un gigante del mundo de la moda, tanto en alta costura como en confección. Su casa continuó abierta tras su muerte, dirigida por miembros de su familia y con los diseñadores Marc Boham, Karl Lagerfeld, Pipart y Lacroix.
Fuente: texto extaído de www.mcnbiografias.com
En 1919 volvió a París y reanudó su negocio, esta vez con su propio nombre. Abordó su actividad de modisto desde una nueva perspectiva: adaptar la moda a los nuevos tiempos que se vivían. Así pues, se convirtió en un empresario consciente de que para hacer triunfar su negocio había que arriesgar. Sabía que había perdido muchas de sus antiguas clientas, parte de las cuales se habían puesto en manos de Coco Chanel, atraídas por las renovadoras ideas de la francesa. Tomó entonces la decisión de dejar a su rival la clientela más moderna, mientras él optaba por atraerse a la alta sociedad. Para ello contrató a un equipo de colaboradores extraordinarios, que supieron transmitir el cambiante espíritu de los años veinte y convirtieron su moda en el símbolo del período de entreguerras. En su siguiente colección presentó vestidos de estilo pastoril, con faldas acampanadas, muchas veces bordadas al estilo ruso.
Patou se caracterizó por su simplicidad en las líneas y los colores, un estilo deportivo y sencillo que pronto triunfó en los Estados Unidos y en las elegantes villas de Montecarlo, Biarritz o Deauville. La clave de su diseño era la sencillez, que se resumía en el talle natural y la silueta simple. Él fue el creador de los suéters a rayas blancas y azules combinados con faldas plisadas y del nuevo estilo de traje de baño; también fue el primero en comprender la importancia de los accesorios, a los que él denominaba "futesas", y en firmar éstos con su anagrama artístico, de tal forma que sus modelos y complementos fueran siempre reconocibles. Empresario, como se dijo antes, a quien no le importaba arriesgar, hizo desfilar en 1924 a seis maniquíes norteamericanas en alta costura, algo impensable en aquel tiempo, pues la morfología de americanas y europeas era diferente. En 1929 presentó la línea princesa, vestidos rectos sin corte a la cintura, lo que daba la impresión de que ésta se hallaba a la altura de las caderas.
Fue también un apasionado amante, que hizo de sus pasiones femeninas sus modelos y embajadoras. Una de ellas fue la tenista Suzanne Lenglen, quien lució sus modelos dentro y fuera de la pista. Causó sensación entre el público femenino cuando se presentó en la pista de tenis de Wimbledon con una falda blanca plisada hasta la rodilla y un cárdigan sin mangas, un modelo que hoy día continúa siendo de plena actualidad.
No es de extrañar, por tanto, que cuando el modisto decidiera crear sus propios perfumes, allá por el año 1925, los nombres de éstas evocaran las tres etapas del amor: Amour-amour, Que sais-je? y Adieu sagesse; asimismo, estos tres perfumes estaban pensados especialmente para los tres tipos de mujer: Amour-amour era una fragancia embriagante pensada para las pasionales mujeres morenas, Que sais-je? fue una composición floral destinada a las rubias, y Adieu sagesse, con notas fuertemente especiadas, destinado a las sensuales pelirrojas.
Él fue el primero en lanzar un perfume unisex, Le sien, pensado para hombres, pero también para las mujeres modernas de la época, que jugaban al golf, fumaban y conducían automóviles. Sin embargo, Patou no estaba todavía contento; deseaba una creación única, una especie de buque insignia de su firma, como lo había sido el nº 5 para Chanel. Así, junto a su amiga y consejera Elsa Maxwell y su perfumista Henry Almeras, se aplicaron en lograr un aroma único e inimitable que fue, por fín, un compuesto de esencias de rosa y jazmín, cuyo elevado precio lo convertía en prácticamente invendible. Ésta fue, sin embargo, la carta que jugó Patou que, amante del peligro como era, decidió arriesgar con una clientela adinerada que podía permitirse este lujo en medio de la crisis que sacudía el mundo. Bautizó su perfume Joy y lo sacó a la venta con el siguiente eslogan: "Joy, el perfume más caro del mundo".
Animado por este éxito, continuó lanzando al mercado nuevos aromas, siempre bajo la idea del símbolo: en 1935 creó Normandie para el lanzamiento del famoso barco; Vacances llegó un año después, en 1936, para conmemorar los primeros despidos pagados a raíz de la crisis, Colony en1938, cuando en vísperas de la guerra europea todo el mundo deseaba huir a ultramar, a cualquier parte que no fuera el continente, L'Heure attendue en 1946 para celebrar la liberación del país tras la guerra y Caline en 1964.
Desde 1919 hasta su muerte, Patou fue un gigante del mundo de la moda, tanto en alta costura como en confección. Su casa continuó abierta tras su muerte, dirigida por miembros de su familia y con los diseñadores Marc Boham, Karl Lagerfeld, Pipart y Lacroix.
Fuente: texto extaído de www.mcnbiografias.com
martes, 24 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
El Arte de la Elegancia de Jean Cartier
Apertura de "El Arte de la Elegancia de Jean Cartier" emitido en el año 1964 por Canal 7 de Buenos Aires. Este era el programa de modas y desfiles que transmitían por televisión en la decáda del 60 y 70 comentado hoy en clases.
viernes, 20 de abril de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)