jueves, 24 de junio de 2010

El Perfume en el Antiguo Egipto

Las fragancias de las flores, y los olores de los animales, y minerales han sido apreciados por el hombre desde su existencia, hasta tal punto que el perfume, etéreo, agradable, volátil y expansivo fue la ofrenda más adecuada que encontraron los hombres para comunicarse con sus dioses y rendirles culto.

El arte de extraer perfumes se practica desde tiempos inmemoriales. Plínio coloca el origen de la perfumería -almizcle, incienso, ámbar, mirra y jazmín- en los países de Oriente (India, Arabia, Islas de Tylos) en el siglo XIII antes de Cristo, aunque se sabe que el incienso se utilizaba 3000 años a.C.


Antiguo Egipto
Aunque el perfume, en el sentido actual de una solución a base de alcohol, no existía en el antiguo Egipto, las sustancias aromáticas desempeñaron un papel esencial en esa gran civilización mediante dos tipos de preparados: las fumigaciones y el uso de bálsamos y ungüentos. Las primeras provienen de un método muy simple que consiste en colocar maderas, especias, frutos o resinas sobre una fuente de calor, dejando escapar sus aromas. Esta práctica no tardó en ser admitida en todos los templos en los que, poco a poco, las sustancias en estado bruto cedieron el sitio a preparados más complicados, como lo atestiguan las recetas en jeroglíficos halladas en Edfu y en Philae. Así, el kephi era una preparación célebre cuyos principales ingredientes: mirra, lentisco, bayas de enebro, granos de alholva. pistacho y chufa, eran machacados y luego tamizados. El polvillo obtenido se mezclaba con vino y después con una preparación cocida a base de resma de conífera y miel. En realidad el Kyphi o Kephri estaba compuesto por 16 productos aromáticos según una complicada fórmula y se utilizaba para hacer ofrendas al atardecer al dios Ra. Para efectuar las ofrendas, los egipcios disponían de dos clases de utensilios: una cacerolita de metal que recibía las brasas y un "brasero de incienso", especie de manga de madera o bronce terminada por una mano abierta en la que descansaba una copa que contenía el incienso.
Respecto a los ungüentos y los aceites perfumados, se aplicaban sobre una piel sana o herida según se usaran para fines cosméticos o terapéuticos. Se desconocía la destilación, y asimismo el alcohol puro, por lo que se empleaban productos grasos (aceite vegetal, grasa animal) para absorber los olores de las flores y las resinas. A esta base agregaban colorantes y productos curativos. Los ungüentos se conservaban en redomas y vasijas, a menudo de alabastro, o en vasos. También se han descubierto pequeños frascos de cerámica, piedra o alfarería, generalmente con formas de animales. Más tarde, aparecieron los frascos de cristal: cántaros con asas, ánforas, vasos y copas adornados con filamentos policromados.
Desde el Imperio Antiguo al Imperio Medio, los perfumes se reservaron más bien a usos religiosos: aplicaciones purificadoras, ofrendas a los dioses y culto a los muertos -cuando se abrió la tumba de Tutankhamon en 1922 se encontró un gran número de recipientes que aún expedían un suave aroma al ser abiertos-.
Durante el Imperio Nuevo (1580-1085 a. J. C.) los perfumes también se utilizaron como objeto de uso profano, aunque solamente los fabricaban los sacerdotes. creaban fórmulas aromáticas para cada ceremonia, pulverizadas o maceradas sufrían procesos de varios meses hasta que se obtenía la fragancia adecuada ya que cada celebración tenía su fragancia específica. Las mujeres usaban los ungüentos y los aceites aromáticos para su tocado o como cosmético y eran algo imprescindibcia que esta civilización concedió al cuidado del cuerpo y a la estética. En ellos se ve como los egipcios ponían en el agua aceites mezclados con lima y después del baño se untaban con aceites perfumados para cuidar la piel. Las damas egipcias de alto estatus llevaban siempre bolsitos de goma en los rituales amorosos.
Fueron los egipcios los primeros que utilizaron los perfumes para su cuidado personal, hay numerosos relieves y pinturas que muestran el uso de cosméticos, aceites y otros productos perfumados. Los restos arqueológicos egipcios proporcionan una gran documentación sobre la importan -resinas olorosas como aún es costumbre entre los chinos.

Fuente: www.mundobelleza.com

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